LA CADENA DE TRASMISIÓN EN EL KARATE
Un niño no nace
sabiendo hablar, caminar o andar en bicicleta. Todas estas cosas se
aprenden, y como no, también aprende a ser desobediente, tímido o
agresivo.
Pues si estas acciones se han aprendido, también pueden desaprenderse aprendiendo otras acciones distintas.
Todo lo que hacemos y pensamos es lo que denominamos CONDUCTA. La
conducta es, pues, todo lo que hace un ser humano. La CONDUCTA está muy
bien estudiada en la psicología.
La mayor parte de lo que vemos
hacer a otras personas representa algo que hemos aprendido, desde
hablar, vestirse, jugar y un largo etc…, pero también no es menos verdad
que hemos podido aprender conductas como la desobediencia, rebeldía,
agresividad etc…
En la educación y aprendizaje, desde niños el
papel más importante lo marcan los padres, pero un grandísimo
colaborador puede ser una buena instrucción de Karate.
La
práctica de Karate es muy efectiva para generar hábitos de disciplina y
buena conducta, pero como es evidente esta debe ser bajo la tutela
siempre de un profesional de esta disciplina. Si no, puede llegar a ser
todo lo contrario, muy peligroso y contraproducente.
Los buenos
instructores de Karate, tienen que haber estudiado la psicopedagogía
infantil y a ver dedicado un largo periodo de tiempo al estudio de la
conducta.
Enseñar Karate no solo es trasmitir como se realizan
las técnicas de brazos y piernas, tras el Karate hay algo más. Tenemos
que enseñarles pero para eso, nosotros los instructores, tenemos que
estar aprendiendo de manera continua y sin pausa.
En la vida el
aprendizaje no termina cuando nos hacemos mayores (y tampoco en el
Karate cuando tenemos un alto grado). Cuando somos adultos seguimos
aprendiendo una enorme cantidad de cosas, desde aprender hablar e
interactuar con los amigos, aprendemos cosas de política, aprendemos un
sin fin de cosas de la vida etc…. es decir que estamos aprendiendo
constantemente y lo mismo nos ocurre con el Karate.
Sin darnos
cuenta, las personas estamos continuamente aprendiendo unas de otras, en
psicología se utiliza el término “APRENDIZAJE SOCIAL” para describir la
manera en la que las personas se ENSEÑAN o CAMBIAN unas a otras.
Como podéis apreciar digo ENSEÑAR o CAMBIAR como queriendo decir lo
mismo. Unos enseñamos a otros continuamente, al enseñar, cambiamos,
modificamos a los demás; si nosotros somos enseñados, al ser enseñados
somos cambiados.
Si traspasamos estos puntos de la psicología al Karate, no hay diferencia alguna.
Un instructor es muy influyente en la educación de un niño o de un
adulto. Ojo, pero si no se le enseña de manera correcta por carencia de
conocimientos y falta de profesionalidad, esto puede repercutir muy
negativamente en la conducta de esta persona (niño o adulto).
No me estoy refiriendo a como se ejecuta un Mae Geri o un Tsuki, me estoy refiriendo a la CONDUCTA.
Durante mis años de Karate he podido cruzarme con muchos de mis colegas
de profesión, y verdaderamente he quedado muy sorprendido al pararme a
analizar los diferentes caracteres y formas de actuar de cada uno, y
comprobar que sus discípulos obran prácticamente de la misma manera que
ellos.
Vas a competiciones, cursos u otras actividades de Karate
y casi por la forma de hablar, por el comportamiento o actitud, puedes
saber quién es y cómo es la persona que le ha instruido e influido en su
personalidad.
La falta de etiqueta, cortesía, marcialidad,
respeto, educación etc… que se puede palpar hoy en día en muchos
practicantes de Karate, deja de manifiesto que la instrucción no ha sido
la correcta.
Si es cierto que se ha mejorado muchísimo de generación en generación en los aspectos técnicos, pero ¿Dónde están los valores éticos y de conducta que aporta el Karate?
Es muy fácil
decir y echar la culpa a las nuevas generaciones, diciendo cosas como
“los jóvenes de ahora son así, no les gusta la marcialidad, solo
pretenden competir y nada más”. Eso son respuestas fáciles para eludir
la responsabilidad. Yo creo ciegamente que ellos no son los culpables,
los culpables somos los instructores que hemos fallado en algún punto de
la CADENA DE TRASMISIÓN del Karate.
Si queremos que esto no
ocurra, somos nosotros, los instructores los que tenemos que cambiar y
enseñar la vía correcta, y para eso nosotros también tenemos que ser
enseñados de manera constante.
¿Cuántos por ostentar un alto
grado o puesto directivo, han dejado de reciclarse, entrenar o
estudiar?...... Respóndanse ustedes mismos.
En Karate como en la vida, el aprendizaje es constante, no tiene fin.
Hay que buscar y tener un MAESTRO, que no solo posea conocimientos técnicos, un nombre o una fama, si no que su personalidad, su actitud y su forma de vivir, sea un gran ejemplo a seguir. Entonces, esta persona puede cambiarte y enseñarte con su CONDUCTA.
Si éste te cambia y te guía de manera correcta, tú cambiarás a los tuyos, todo es una gran CADENA DE TRASMISIÓN.
Para que no se pierda la esencia del Karate, analiza tu posición y tus
formas de transmitir, es muy posible que necesites cambiar alguna cosa
para que esos valores lleguen y perduren en las generaciones venideras.
TOMATE UNOS MINUTOS Y REFLEXIONA SOBRE ELLO
A través de este pequeño articulo quiero trasladar mi más profundo
agradecimiento a los Senseis Yutaka Yaguchi y Keigo Abe, por ser las dos
personas que más me han influido en mi manera de ver y sentir el
Karate. Gracias y mil gracias por los conocimientos técnicos que me
trasmiten, pero por encima de todo ello, por ser las personas que sois,
por esa personalidad, por esa calidad humana, por esa conducta y por esa
manera de vivir que hace que seáis mis principales ideales y ejemplos a
seguir. DOMO ARIGATO, Oss!!
© Rubén Cernuda